Tardes eternas y calurosas , noches estrelladas sentadas en una hamaca , estrellas fugaces que llueven en su común noche de verano, llenas de ilusiones, de deseos , de sonrisas.
Te vas tardes de paseo , ocasos sentadas en un banco con una cena que apenas llega a los dos euros , pero que de igual forma termina saciando te , seguido de innumerables charlas , de reflexiones , quizás demasiadas, sí , demasiadas para una chica de 16 años , que se supone que debe de estar "
Ya casi te has marchado, dando lugar a la tradicional rutina , pero que esta vez apenas conozco.
Por eso tan solo cabe decir , hasta otra dulce verano.
IMPRESIONANTE
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